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miércoles, 1 de octubre de 2014

SEÑALES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS: LOS DOS TESTIGOS - Parte 6



(Basado en un texto de David Dyer)



LA VENIDA DE ELÍAS


   Ninguna discusión con respecto al tema de los dos testigos estaría completa sin la mención de un importante evento: la aparición del profeta Elías antes "antes que venga el día de YHVH, grande y terrible" (Malaquías 4.5). Antes de la primera venida de Yashua, esa profecía tuvo una realización preliminar en la persona de Juan el Bautista. Leemos que él vino "con el espíritu y el poder de Elías" (Lucas 1.17). Su misión era preparar un pequeño pueblo localizado en un minúsculo punto del globo, para el surgimiento del prometido Mesías. Lo que ahora vamos a explorar es la posibilidad de que, antes de la segunda venida, haya un derramar universal del "espíritu y del poder de Elías" sobre millares de creyentes que hayan sido preparados por Yahveh. Su tarea será testificar a todo el planeta sobre el juicio de justicia del Señor que está por manifestarse, y que los hombres precisan estar preparados.

   Si es así, entonces los siguientes trazos serán sin duda verdaderos acerca de estos individuos. Ellos probablemente estarán, como Juan el Bautista, COMPLETAMENTE FUERA DE CUALQUIER SISTEMA RELIGIOSO, inclusive uno cristiano. Significativamente, muchos testimonios negativos de Juan eran contra la hipocresía de la jerarquía eclesiástica de su época. Estos serán hombres y mujeres inflexibles. Ellos no serán "propiedad" de nadie. Ellos no buscarán la fama, la fortuna o el poder terrenal. Al contrario, ellos arderán con el fuego de aquello que glorifica a su Señor, Yahshua Ha'Mashiaj. Ellos no tendrán miedo, profetas valerosos que dirán a las personas exactamente aquello que ellas NO QUIEREN ESCUCHAR. Ellos serán el portavoz de Yahveh, exponiendo los pecados del mundo y de la Iglesia Universal para sacarlos de su insensatez antes de que sea demasiado tarde. Además, serán el tipo de personas a las que Yahveh podrá confiar Su poder, de modo que Sus palabras serán endosadas por plagas sobrenaturales de todo tipo.

   ¿Consiguen entender por qué todos los odian? El mal profundamente enraizado en el corazón del hombre no quiere ser expuesto de ningún modo. Cuántos cristianos, por ejemplo, están continuamente tratando de encubrir sus pecados en vez de arrepentirse de ellos y recibir el poder purificador del Altísimo. ¡Ah, cómo nos justificamos contra los mandamientos de justicia de Yahveh! ¡Cómo nos gusta fingir que estamos haciendo todo lo posible para servir a Yashua! ¡Y cuán desconfortable será escuchar a tales profetas cuando nos enrostren la verdad intolerable de que no estamos bien con Yahveh! Si la Iglesia está en tal situación, con cuánta mayor violencia reaccionará el mundo contra aquellos que tratan de reprobarlos por su perversidad. Este, entonces, es el ministerio de esta dupla de testigos. Es traer al arrepentimiento a aquellos que escuchen, preparándolos así para la venida del Rey, y advertir a aquellos cuyos corazones de piedra se rehúsan a inclinarse delante de Él.

   Juan andaba vestido con piel de camello, comía insectos y miel salvaje. Él era diferente, disidente y agresivo. Él no era bien recibido por la multitud religiosa. Del mismo modo, estos futuros testigos llegarán "vestidos de cilicio" (Apocalipsis 11.3). Sean ellos dos o más, una cosa es cierta: ellos no serán bien recibidos tampoco. Estas figuras impopulares no tendrán nada que ganar en este mundo. Ellas ya habrán abandonado su apetito por las cosas terrenales. Ellos no estarán pretendiendo ministrar a grandes multitudes un domingo por la mañana. Sus cofres "ministeriales" no estarán llenándose con las contribuciones de las viudas y otros pobres santos a los que les hayan robado hasta el último centavo. No serán deslumbrados por proyectos de edificios en grandes avenidas o en producciones teatrales. Aclamaciones y todas las trampas del "cristianismo exitoso" de hoy no los atraerán de manera alguna. El único futuro que ellos tienen en su vida es la muerte: caer por su testimonio de fe en la justicia del Altísimo.

   Estos profetas ardientes y santos son, evidentemente, muertos en "la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado" (versículo 8). Algunos toman esto como referencia a Jerusalén en una situación muy inmoral, pero yo creo que algo mucho más significativo puede ser visto aquí. Si Yahveh hubiera estado tratando de indicar Jerusalén, Él podría haberlo hecho sin todo ese lenguaje misterioso y disimulado. Es posible que estas tres características identificadoras de esta "gran ciudad" ("Sodoma", "Egipto" y "donde también nuestro Señor fue crucificado") puedan ser un lenguaje descriptivo mostrándonos algo sobre la futura masacre de los dos profetas. Sodoma era una ciudad de gran perversidad y pecado. Egipto es frecuentemente usado en la Biblia para simbolizar el placer mundano y sensual. Finalmente, "donde también nuestro Señor fue crucificado", indica Jerusalén, centro religioso judío de aquel tiempo. Teniendo en mente que el judaísmo era la única religión ordenada por Yahveh, pero que ellos se habían desviado de la realidad espiritual, podemos identificar aquí tres elementos que se unirán para atacar a los testigos en el final de los tiempos. Los habitantes de la tierra, aquellos fuertemente envueltos en el pecado, la mundanalidad y la religión vana e hipócrita, combinarán fuerzas, como hicieron en los días de Yashua, para destruir a estos profetas que tanto incomodan.

   En Zacarías 4.14 leemos que estos "son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra". Estos son los dos olivos: "Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda? Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro? Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra" (Zacarías 4:11-12,14). Acá podemos encontrar otras características de estos dos (o más) profetas: ellos son los dos olivos que están delante de Yahveh, produciendo oro. La mayoría de las traducciones dicen "aceite como oro", pero la palabra "aceite" no figura en los manuscritos originales. Simplemente vierten oro. Ahora bien, el oro es considerado el metal más precioso, y en ese sentido simboliza la gloria de Dios y su divinidad. Es el metal más maleable de todos, conservando su brillo y sin mancharse nunca ni con el aire ni con el agua. Por otra parte, el oro también es un buen conductor de calor y electricidad, siendo un elemento muy útil por su gran resistencia. Trasladando estas características a los dos profetas, tenemos que estos individuos tendrán una íntima comunión con Yahveh (el metal más regio), y serán capacitados para cargar con el poder del Altísimo (buenos conductores), llevando la luz a la humanidad sin contaminarse, y obedeciendo en todo los deseos del Padre (maleabilidad). También tendrán la suficiente fortaleza como para soportar el peso de la tribulación (resistencia).

   Estos dos árboles están delante del Señor de los Espíritus, y a ambos lados del candelabro. La imagen nos representa dos olivos, uno a la derecha y otro a la izquierda de un gran candelabro (una menorah), y cada una vierte de sí oro puro. ¿Quiénes pueden ser estas dos oliveras? Siempre me pregunté por qué deberían ser dos profetas que ya vinieron, por qué no podrían ser dos profetas que aún no conocemos. Esa es una de las posibilidades, que contempla a los dos profetas como individuos. Otra posibilidad es que se trate de Moisés y Elías, que son los que representan la Ley y los Profetas, como siendo los dos testigos para la acusación contra la humanidad pervertida, retomando aquella necesidad de la Ley de tener por lo menos dos testigos para acusar. La otra, y ahora contemplando más la posibilidad de que se trate de un conjunto de individuos (y repetimos que no creemos que una opción invalide a la otra, ya que la Biblia muchísimas veces tiene más de un cumplimiento, sería considerar un olivo como los salvos provenientes del pueblo judío y otro olivo como los salvos provenientes de los gentiles. Veamos qué nos dice la Biblia a este respecto:

Olivo verde, hermoso en su fruto y en su parecer, llamó Jehová tu nombre. A la voz de recio estrépito hizo encender fuego sobre él, y quebraron sus ramas. Porque Jehová de los ejércitos que te plantó ha pronunciado mal contra ti, a causa de la maldad que la casa de Israel y la casa de Judá han hecho, provocándome a ira con incensar a Baal. (Jeremías 11:16-17).
Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? (Romanos 11:17-24).

   Finalmente, tenemos que estas dos oliveras están continuamente derramando oro en la presencia del Señor de toda la tierra, lo cual puede ser una referencia a la "doble porción de espíritu" recibida por Eliseo cuando Elías fue arrebatado. Puede indicar también algo acerca de la forma en que el Espíritu Santo será derramado en los últimos días. Notemos que en Zacarías se menciona un único candelabro, mientras que en Apocalipsis tenemos siete (la completa perfección), lo cual concuerda por lo profetizado por Joel, que Yahveh en los últimos días derramará su "Espíritu sobre toda carne", lo cual parece referirse a la Iglesia que esté sobre la tierra como un todo, como el Cuerpo de Cristo.






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Publicado por: Anunciadora de Sión

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